El Regalo
Para Sulki. Érase una vez, en un pueblo, ubicado en medio de la nada, conocido como La Cruxcifixión, el cumpleaños número ocho de la única hija de Don Ernesto, la pequeña Elena Guadalupe Rodríguez Rodríguez. Si, Don Ernesto y Doña Guadalupe tenían el mismo apellido, aclaro que no eran familiares, solo una simple coincidencia, aunque si todos descendemos de Adán y Eva, pues resulta que todos somos familiares y no debería haberme molestado en aclararlo. Como es de imaginarlo, en La Crucifixión, los hombres trabajaban largas jornadas en el campo y las mujeres se dedicaban al hogar. Criaban a sus propios animales y cosechaban sus propios vegetales. Cuando era necesario recurrían al trueque, el cual se hacia entre amigos. Como el día de hoy, que Doña Guadalupe intercambio doce mazorcas por doce huevos con su vecina la Sra. Avelar, para poder hacer el pastel de cumpleaños de la pequeña Elena. Claro que había una tiendita, la famosa tiendita de la esquina, donde se podían conseguir producto